Jonathan Chacha, redactor.
Debido a la crisis sanitaria y económica que atravesaba el país debido al SARS-CoV-2, varias personas perdieron su trabajo y otras tuvieron una reducción salarial, este fue el motivo que les impulsó a emprender, como Ángel Santillán, un joven que no tuvo miedo de empezar desde abajo.
Santillán nos explicó que al inicio de la pandemia su labor como abogado decayó, debido a que todo estaba cerrado, puesto que vivía del día a día ejerciendo su profesión. Sin embargo, él no se detuvo y empezó a procesar productos comestibles como: harinas de trigo, harinas de haba, la machica y el arroz de cebada, creando así la marca “Wasari”.
Por otro lado, el joven nos comenta que, al iniciar su emprendimiento, tubo críticas por algunas personas, pero él no sabe si eran de buena o mala fe.
“Se burlaban y me decían que para eso he estudiado, con el afán de minimizar todos los años cursados en la universidad “dijo con un tono de decepción.
Pese a que tuvo dificultades, también contó con apoyo por parte de la Alcaldía de Guaranda, con su programa comercial llamado “Killa”, una obra que ha fortalecido a los pequeños emprendedores con la creación de espacios para la venta de productos.
“Me parece muy importante el impulso que brinda el GAD-Municipal, y realmente las personas que trabajan en la tienda son muy amables especialmente la señora Marisol y Rosita. Desde el primer día que yo dejé mis productos en este centro de comercialización recibí una buena atención” resaltó el joven de 33 años.
Finalmente, Santillán dio a este medio un mensaje a todos los emprendedores “Quiero invitar a las personas jóvenes y adultas a que se atrevan a hacer algo diferente; se arriesguen a poner en marcha cualquier proyecto, yo sé que es muy difícil, muchos te criticarán, se burlarán y te querrán hacer decepcionar, eso es normal yo le he vivido en carne propia. A pesar de cualquier adversidad no hay que desmayarnos, aunque estemos en el piso, no hay otra opción, hay que levantarnos y seguir adelante, con lo que tengamos”.